Gran parte del auge de la inversión en México se debe al crecimiento de la construcción no residencial, el fuerte repunte de la inversión privada y el progreso continuo de proyectos públicos como el Tren Maya. Muchas inversiones públicas han sido designadas como parte de los esfuerzos del Gobierno para completar sus proyectos insignia antes de las elecciones de 2024.

Es probable que la inversión privada haya empezado a despegar por el impulso de la evolución política fiscal en EE. UU., lo que puede tener un efecto positivo en la demanda inmobiliaria industrial en México. Por ejemplo, la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) incentiva la producción de vehículos eléctricos en EE. UU., pero también en México. La IRA concede créditos fiscales para la producción de vehículos eléctricos, siempre que un porcentaje determinado del coche y de los componentes de la batería procedan de EE. UU. o de uno de sus socios comerciales directos (como México). Del mismo modo, la Ley de Chips y Ciencia promulgada en agosto de 2022 impulsa la producción de semiconductores a ambos lados de la frontera. Esta ley facilita que los fabricantes estadounidenses incorporen a México en la cadena de suministro en fases que, como los ensayos, el empaquetado y el montaje, podrían requerir una mano de obra abundante. Aprovechar las posibilidades de fabricación en ambos lados de la frontera mejora la seguridad de la cadena de suministro y reduce los costos totales.

La inquietud en torno a la capacidad de México para dar cabida a una afluencia considerable de nuevas instalaciones de producción permanece. Las inversiones que el país está recibiendo ya están creando cuellos de botella por la inestabilidad de la transmisión de electricidad, la escasez de agua y el espacio industrial limitado. El acercamiento de la producción exige una renovación considerable de la infraestructura de transporte del país (puertos, aeropuertos, ferrocarriles y puestos fronterizos). No obstante, la preocupación por el estado de derecho, reavivada recientemente por los cambios impuestos por el Gobierno en la estructura tarifaria de aeropuertos privados, podría impedir que México se beneficie al cien por cien de las tendencias de relocalización.

Invirtiendo en México Invirtiendo en México: Auge de la inversión con un entorno difícil

La actividad económica de México sigue desafiando expectativas

25 oct. 2023 3 minutos de lectura

Pese a los máximos históricos de las tasas de interés, la actividad económica de México sigue desafiando expectativas durante 2023. Descubra más sobre los impulsores que han protagonizado esta trayectoria de inversión.

Invirtiendo en México

El crecimiento económico del país debe verse favorecido a medio plazo

Desglose del repunte

Efectos secundarios

Es probable que la inversión privada haya empezado a despegar por el impulso de la evolución política fiscal en EE. UU., lo que puede tener un efecto positivo en la demanda inmobiliaria industrial en México.
Por ejemplo, la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) incentiva la producción de vehículos eléctricos en EE. UU., pero también en México. La IRA concede créditos fiscales para la producción de vehículos eléctricos, siempre que un porcentaje determinado del coche y de los componentes de la batería procedan de EE. UU. o de uno de sus socios comerciales directos (como México).
Del mismo modo, la Ley de Chips y Ciencia promulgada en agosto de 2022 impulsa la producción de semiconductores a ambos lados de la frontera. Esta ley facilita que los fabricantes estadounidenses incorporen a México en la cadena de suministro en fases que, como los ensayos, el empaquetado y el montaje, podrían requerir una mano de obra abundante. Aprovechar las posibilidades de fabricación en ambos lados de la frontera mejora la seguridad de la cadena de suministro y reduce los costos totales.

Optimismo por la dinámica de acercamiento

El auge de la inversión privada puede ser una señal de confianza en el acercamiento de la producción hacia México a raíz de las reglas de origen del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
En su encuesta mensual, Banxico pregunta a economistas si consideran que estamos en un momento óptimo para que las empresas inviertan en México. En julio de este año, el número de quienes piensan que es buen momento para invertir llegó a su nivel más alto desde 2016. El apetito por la inversión en México podría seguir creciendo tras la aplicación de los nuevos incentivos fiscales para contribuyentes en sectores clave de la industria exportadora.
Creemos que el decreto supone un paso en la dirección correcta para promover la inversión en el país. Ahora bien, el Gobierno debe asegurarse de que esas medidas no entren en conflicto con los compromisos de México con sus socios comerciales.

Dificultades

La inquietud en torno a la capacidad de México para dar cabida a una afluencia considerable de nuevas instalaciones de producción permanece. Las inversiones que el país está recibiendo ya están creando cuellos de botella por la inestabilidad de la transmisión de electricidad, la escasez de agua y el espacio industrial limitado.
El acercamiento de la producción exige una renovación considerable de la infraestructura de transporte del país (puertos, aeropuertos, ferrocarriles y puestos fronterizos). No obstante, la preocupación por el estado de derecho, reavivada recientemente por los cambios impuestos por el Gobierno en la estructura tarifaria de aeropuertos privados, podría impedir que México se beneficie al cien por cien de las tendencias de relocalización.