Credibilidad y eficacia en la inversión sostenible

A fines de 2021, las Naciones Unidas estimaron que el financiamiento necesario para que los mercados emergentes cumplieran sus Objetivos de Desarrollo Sostenible había aumentado al menos un 50%. Cada vez es más urgente recaudar fondos procedentes del gasto público, los fondos filantrópicos y el capital de inversión para hacer frente a este déficit, y la inversión sostenible se ha propuesto como una solución. 

Dicho esto, hemos identificado cuatro áreas principales que pueden afectar la confianza de los inversionistas al invertir en mercados emergentes. Por lo tanto, creemos que la mejor estrategia es equilibrar tanto la credibilidad como la eficacia: unos estándares de transparencia más elevados y unos procesos de inversión holísticos pueden generar beneficios financieros diferenciados, alineación de principios e incluso beneficios sociales.

Los datos han sido la base para el desarrollo de la inversión sostenible al aportar transparencia a temas ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Esto ha sido un desafío en los mercados emergentes, ya que la disponibilidad de sus datos ESG no es consistente. Sin embargo, esto está cambiando.

KPMG dice que las tasas de divulgación de sostenibilidad de las empresas asiáticas casi se han duplicado en la última década y ahora se encuentran entre las más altas del mundo. Las principales bolsas emergentes, como la India, Indonesia, Turquía y Sudáfrica, no solo requieren información sobre sostenibilidad empresarial en las normas de cotización, sino que también han establecido una capacidad de formación y orientación para mejorar su calidad.

Las diferencias estructurales persisten, posiblemente afectando a la inversión sostenible en diferentes mercados. Por ejemplo, los estándares de divulgación ESG de China (voluntarios por el momento) no están alineados con los estándares globales, lo que confunde los ESG operativos con las iniciativas de responsabilidad social corporativa. Esto significa que las divulgaciones corporativas en China pueden estar optimizando resultados diferentes en comparación con los de otros países.

La práctica de sostenibilidad sigue siendo incipiente en términos de divulgación de información, estándares operativos y de inversión en los mercados emergentes. Esto implica que las empresas que cumplen los requisitos ESG en los mercados emergentes no necesariamente cumplen con los requisitos en un contexto global. Este sesgo positivo de las calificaciones entre los mercados emergentes significa que puede ser difícil lograr una fuerte diversificación de la cartera debido a la limitada profundidad del mercado.

Si bien la inversión sostenible está creciendo rápidamente en los mercados emergentes, las soluciones de implementación pueden parecer muy diferentes de las opciones de inversión globales actualmente disponibles para los inversionistas.

Cada vez más, la inversión sostenible se considera una estrategia de mitigación del riesgo, preparada para ofrecer una alineación de valores y evitar daños. Sin embargo, esta prioridad para evitar daños puede llevar un costo.

Para optimizar la alineación de la sostenibilidad a largo plazo, es importante captar la calidad del cambio. En algunos aspectos, es precisamente porque los mercados emergentes corren riesgos que hacen con que las inversiones sostenibles sean necesarias.

Tomemos por ejemplo el riesgo climático: la vulnerabilidad geográfica y falta de preparación hacen que los mercados emergentes sean más vulnerables a los fenómenos climáticos extremos. Pero los mercados emergentes también albergan la mayoría de las reservas de capital natural del planeta, por lo que reforzar la resiliencia climática en los mercados emergentes es crucial para la acción climática mundial. El desarrollo de una estrategia de inversión que priorice las regiones con un menor riesgo climático integrado puede resultar atractivo, pero, en nuestra opinión, no es suficientemente amplio: sin inversiones en las regiones más vulnerables, la resiliencia climática mundial inevitablemente se deterioraría.