Tutorial del CIO: ¿Qué son las soluciones estructuradas?

Las soluciones estructuradas son instrumentos que se han creado combinando diversos activos y derivados para lograr un objetivo específico. Básicamente, permiten a los inversionistas personalizar su exposición a una clase de activos específica, lo que incluye añadir protección frente a caídas o aumentar el potencial alcista.

Después de cumplir su función, o no cumplirla, generalmente expiran, con un plazo que va de unos pocos meses a años. Esto los hace muy diferentes, por ejemplo, de una gran participación en acciones, que puede permanecer en una cartera como una posición a largo plazo. Sin embargo, esto no significa que las carteras no puedan asignarse a soluciones estructuradas a largo plazo. En cambio, las estrategias dentro de ese conjunto pueden cambiar con el tiempo.

Por lo tanto, las soluciones estructuradas se emplean con mayor frecuencia en el posicionamiento táctico para aprovechar las cambiantes condiciones del mercado. Debido a que pueden ser altamente personalizadas, se pueden diseñar para satisfacer necesidades y objetivos muy específicos en una amplia gama de mercados, incluyendo acciones, bonos, divisas y materias primas.

También pueden variar mucho en términos del riesgo/rendimiento que ofrecen, que van desde la plena protección del capital principal, hasta estructuras que ponen en riesgo toda la cantidad del capital de inversión. Esto debería ser más claro a medida que describimos varios productos y qué estrategias están destinadas.

Algunos productos estructurados están diseñados para garantizar cierto grado de protección del nocional invertido, al limitar la pérdida máxima de un activo en particular, como una acción individual o un índice de renta variable. 

Esto puede ser una alternativa atractiva en momentos de incertidumbre inusual en los mercados financieros, cuando las perspectivas económicas se han vuelto especialmente difíciles de predecir, incluidos tiempos de conflicto geopolítico. 

En estos momentos, una solución estructurada puede proporcionar a los inversionistas un cierto grado de seguridad, sin salir del mercado por completo, dado que los mercados temporales son difíciles y, a menudo, costosos, en última instancia sacrificando la rentabilidad a largo plazo.

Los rendimientos de los bonos han aumentado en gran parte del mundo. Si bien esto ha facilitado la incorporación de rentas a las carteras, la mayoría de los productos de renta fija conllevan riesgo de duración, lo que en un entorno de subidas de tasas suele dar lugar a pérdida de capital. 

Los productos estructurados también pueden ofrecer rendimientos, pero a diferencia de los pagos de intereses pagados por un emisor de bonos, obtienen sus ingresos aprovechando la variación del precio de los activos subyacentes, como las acciones, las materias primas o las divisas. 

Esta fuente alternativa de rendimiento, independiente de los bonos, puede diversificar los factores y la cantidad de ingresos y rendimientos de la cartera. Los ingresos que se ofrecen pueden superar el de la deuda pública convencional, pero conlleva un riesgo adicionall.

Expresar una opinión sobre la dirección de los mercados financieros es a menudo bastante simple. Un inversionista que espera que el mercado de renta variable aumente puede simplemente aumentar su participación en un índice. 

Si un inversionista espera que el mercado caiga, puede reducir la exposición, posicionarse en sectores más defensivos o protegerse frente a un declive con opciones de venta, por ejemplo. Los productos estructurados, por otro lado, pueden permitir a los inversionistas buscar rentabilidades en situaciones direccionales o binarias menos claras. 

Una solución estructurada, utilizando un ejemplo hipotético, podría permitir a un inversor beneficiarse si un índice de renta variable cotiza dentro de un rango del 10% al alza o a la baja durante el próximo año. Estas soluciones personalizadas pueden ayudar a los inversores que tienen una visión más matizada sobre cómo se desarrollará el mercado.

Ciertas estructuras pueden ofrecer a los inversionistas exposición a estrategias únicas, difíciles o incluso imposibles de obtener, como por ejemplo: exposición a la variación de uno o más activos subyacentes, como múltiples índices durante el mismo periodo de tiempo o una canasta específica de acciones.